Ayer llovió
sobre todas las cosas
como quien riega jardineras
Llovió
sobre los techos
y las calles
sin tomar en cuenta
las ganas que tiene uno
de un rayo de sol
Siguió lloviendo
insistentemente
y ya mi alma era un río crecido
La plaza se miraba
en los espejos de agua
con su rostro sin tiempo
El agua
fiel a su esencia
la contenía
de sus pozos bebían
las golondrinas
mientras yo
trataba de escribirte
Oh gota sobre mi rostro
A veces la añoranza
se parece a esa lluvia
suena
cuando cae
muda es
mientras lo hace
Se mojan los ojos
cristales empañados
al calor de los recuerdos
de lo que un día fue
recuerdos que cuando vuelven
tienen la terquedad
de la impaciencia
Así
se esperan los días de azúl
sentado en la ventana
con vista a los adentros infinitos
en busca de luz
Inevitable fue entonces
nombrarte
entre consonantes y vocales
porque caían del cielo
miles y millones
sin tregua
Yo con ellas rompí
el gris del ayer de los ayeres
junté
todas las palabras bonitas
que sé de ti
puse tobos en el jardín
y recogí
tu ruido
y el líquido vital de tu esencia
Caí desvanecida
en la pequeña muerte
anhelante del hoy
Así también
se durmieron las muchas gentes
con sus miedos de almohada
otros en cambio
no dejaron caer sus párpados
y se quedaron a vigilar
el momento exacto
del romper del alba
Yo
por mi parte
me cobijé en tus brazos
y ya no fue melancolía
Toda la noche cantó el cielo
para arrullar a las sombras
Las sombras
se acostaron
al lado de los faroles
la ciudad hizo silencio
Ayer llovió sobre todas las cosas
dejándolas inmaculadas
como nuevas
@hebemunoz
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